lunes, 27 de diciembre de 2010

Creí que el juego se había terminado. Después de teñirme el pelo, de cambiar los muebles de mi habitación, de tirar la pollera a cuadros en el fondo del placard y guardar en una caja tu atado de puchos viejos. Después de leer a freud, enumerar tus características de perverso, escribirte y reemplazarte. Creí que se había terminado.Después de borrar fotos e historiales de conversación, de empezar a verte de a ratos y prohibir a smitten en mi lista de canciones. Después de buscarte en otras bocas, de extrañarte al punto de verte en cada uno de mis sueños, de fumar a tu salud y dejar el frasquito de pur blanca vacío. Creí que se había terminado. Después de las inyecciones de autoestima, de crear un personaje para enfrentar a tus noches,de aprender a sostenerte la mirada y quedarme sin vestidos para seducirte. Después de llorar frente al espejo, de no querer escuchar tu nombre, de acostarme con otro acariciando tu piel y ver tu casting de reemplazos. Creí que se había terminado. Después de las discusiones con mi vieja, de tu indiferencia mómentanea, de eliminarte del msn y del facebook, de no cruzarte más por la calle y morderme la lengua cuando hablan de vos. Después de intentar arreglarte, de vaciarme de sentimientos, de curar mis heridas con vinagre y de la triste resignación.
Creí que se había terminado.





*pero...
¿me equivoqué?

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